La trascendencia es una de las búsquedas que hoy más importan a mujeres y hombres: cada vez es más evidente que la forma en que hemos vivido es inútil y acarrea sufrimiento.
Las respuestas que hemos obtenido en los diferentes caminos de crecimiento nos han traído hasta aquí…

Pero es propio del impulso evolutivo que late en nosotros, ir permanentemente un paso más allá. ¡Celebra la Vida! es espiritualidad práctica: no importa donde te encuentres porque el camino continúa justo allí.

No importa si tenés una religión u otra, o ninguna, porque la semilla de la divinidad no es otra que vos mismo. Nuestra misión es bendecirla para que brote con todos los colores, los sabores y los olores que son apropiados para cada uno.



¡Celebra la Vida! es la visión que hoy impulsa a tres seres con un amor intenso:  Diana Schifrin, Pablo de la Iglesia y Javier Aguilar(*). Esta visión surge de la experiencia compartida a través de sendas chamánicas, de  viajes a la India, de retiros y de una pasión por liberar al ser humano del sufrimiento entregándole la experiencia de la UNIDAD CON EL TODO.

El estado de Unidad es la respuesta a todas nuestras carencias,  que se manifiestan en lo individual y en lo colectivo. Desde la Unidad, es posible comenzar a escribir la utopía de la civilización emergente y vislumbramos que un mundo inclusivo, de paz y expansión está a nuestro alcance.

¡Celebra la Vida! es música: la que suena en tu corazón y donde se expresa tu existencia. Simplemente, queremos ayudarte a escucharla con claridad para que despiertes a tu leyenda personal.

¡Celebra la Vida! es respirar, bailar, fundirnos en un abrazo y descubrir cuánta dicha hay en este amor que está transformando el mundo.



Auspicia estos encuentros:


Sanando desde el corazón - Dra. Diana Schifrin



“Cuando me curo no soy el único que se cura”

Soy médica con formación tradicional, me encanta la ciencia. Siempre me apasionó el estudio y la investigación de las cosas que nos suceden en el cuerpo y en la salud en general.
Ya cuando era estudiante me interesaba en buscar nuevos horizontes, integrar la medicina con la psicología, con la sociología, sentía que no podía mirar a los pacientes, (en ese entonces mis primeras experiencias), como un hecho aislado del “TODO”.
Y así fue como dedicándome a la nutrición, profundicé el estudio y la terapéutica de los Trastornos de la Alimentación (Anorexia- Bulimia –Obesidad) desde un enfoque alternativo, integrador.
 Incluí e incluyo en el tratamiento el abordaje nutricional, respetando y dignificando la sensación de hambre como un “llamado” del cuerpo-mente al que hay que escuchar y saciar, y no manipular o luchar contra.
Me formé en EEUU con Jane Hirschmann y Carol Munter, precursoras de este enfoque, al que le fui dando naturalmente una forma más acorde a nuestra identidad.
Era una época de muchas satisfacciones laborales y personales, una gran alegría ver como las pacientes se mejoraban exitosamente.

Algo sucedió en mi vida, para ese entonces, algo que en ese momento fue un gran torbellino, derrumbe de todo lo conocido, y que hoy puedo contemplar con emoción, y compartirlo ya que sé, que puede ayudar a muchos.

Nació mi primer hijo, Tadeo, con Hipoplasia del ventrículo izquierdo, no se le había formado el corazón.

Los médicos que me atendieron en uno de los mejores sanatorios de la Capital, me informaron que no había cura, ni aquí ni en ningún lugar del mundo (fue en el año 96 donde aún no se hacían trasplantes cardíacos a recién nacidos)

Tuve que dejarlo ir con todo el dolor de mi alma, todo el dolor del papá,  y de todos nuestros seres queridos.

Quería seguir atendiendo” como siempre” y me desgarré los músculos de la pantorrilla, sin lugar a dudas  tenía que parar, TENÍA DESGARRADA EL ALMA.

A partir de ahí empecé a vivir un cambio, en mi percepción, en mis prioridades, ese momento de stop fue clave, empecé a DARME CUENTA.

Algo más estaba sucediendo, algo que no podía explicar con palabras, algo que me conmovía enormemente, que me sensibilizaba.
Muchas veces me acostaba a dormir y sentía que mi pecho, se salía de mí, latiendo, brillando, luminoso, una experiencia de expansión del corazón, hermosa, extática.
En el camino, nacieron mis dos hijas hermosas, mis compañeras de vida, permanentes maestras de la simpleza, lo espontáneo y lo esencial.
Como buena curiosa e investigadora comenzó ahí un camino de profundización de prácticas de meditación,  sanaciones energéticas, técnicas con imposición de manos entrenamiento mental , viajes a Universidades y academias de despertar  (en India y en EEUU)

Mas allá de las distintas y muy valiosas técnicas y disciplinas que aprendí y aprendo, está el hecho, el fenómeno que sucedió y sigue sucede, en el puro y vivo presente, se me abrió el corazón, el corazón energético, el corazón espiritual o “antariamin” como lo llaman en India.

Mi hijo Tadeo, me devolvió el corazón, el corazón que a él no se le formó renació en el mío.

Ahora, estoy abierta a todo lo que le sucede a todos los seres que se encuentran conmigo.
La vida se puso brillante, de colores, mi pasión es brindar sanación a todos los que la necesiten.
Ahora  sigo atendiendo desde mi conocimiento científico y desde mi alma, desde esa energía sanadora que palpita, que late, que brilla adentro mío.
Ahora la alquimia entre el conocimiento y el corazón hacen una danza, desde donde  sucede un fenómeno de curación maravilloso, inexplicable, que supera los límites de la comprensión con palabras.

Dra Diana Schifrin

Cotidianeidad Divina


“Soy una energía inteligente que todo lo abraza; 
algunas partes se funden amorosamente conmigo, otra se resisten pretendiendo afirmar su independencia y retrasando su evolución. Algunas descubren que más allá de su si mismo hay un manantial infinitamente generoso y se entregan a mi… para volver a descubrir que no hay nada más allá del SI MISMO.”

El problema de la humanidad es que hay muchas personas jugando a ser Dios… sin darse cuenta que realmente lo son; Sri Bhagaván nos ha transmitido una verdad muy profunda en uno de sus Sutras: “Dios y el hombre son dos extremos de la misma experiencia”.


Muchos se han preguntado si somos humanos con experiencia espiritual o somos seres espirituales con experiencia humana… algo que realmente es evidente, es que el ser humano necesita del espíritu para vivenciar la divinidad y la divinidad recurre a nuestros cuerpos para experimentar la humanidad.
A lo largo de los siglos, hemos tratado de crear un mundo mejor siguiendo las enseñanzas de los grandes maestros e iniciados –Buda, Jesús, Mahoma…-, y alrededor de ellos hemos estructurado toda una cultura de valores que nos indican el camino correcto; sin embargo, tarde o temprano, hemos violado esos códigos y experimentado culpa por ello.
La razón por la cual sucede esto es muy sencilla: todos estos códigos no nos resultan naturales y es muy difícil no contravenirlos; la única alternativa posible no pasa por imponer lo que es bueno o malo desde afuera, sino en despertar la inteligencia divina en nuestro corazón.

El estado de iluminación es aquel en el que hemos alcanzado la liberación del sufrimiento y desde el cual podemos alcanzar un estado de comunión con la divinidad; de algún modo, nuestra mente genera una mutación evolutiva en la cual lo que era natural para un Jesús se vuelve también para nosotros… dejamos de buscar su legado de conocimientos para pasar a ser guiados por la misma luz que a él lo guió.
Hoy nos regimos por leyes y códigos, los cuales fueron necesarios para un estado primitivo de la humanidad; siento que el próximo salto evolutivo es generalizar en toda la especie la experiencia de la inteligencia divina fluyendo en nuestro corazón.
A partir de ese momento, cobramos conciencia que las escrituras sólo habían sido textos muertos y nuestra relación con Dios, únicamente basada en una creencia; el “Despertar del Corazón” nos descubre la dimensión mística de la experiencia y la vida comienza a cobrar un sentido cargado de plenitud.

Si hemos sido cristianos, musulmanes, budistas, judíos…, lo más probable es que nuestra religión cobre un sentido nuevo para nosotros y nos transformemos en devotos más fervientes de lo que jamás hemos sido; en cualquier caso, comenzamos a ver y sentir a Dios en cada cosa, en cada acto, y este deja de ser una creencia para convertirse en una experiencia de gozo, libertad y un permanente crear y ser creado.

 



Pablo de la Iglesia 

EL PODER DE LA MÚSICA

Este video fue producido junto a la colaboración del arte de Victor Brossa
para promocionar Radio Infinito y el poder de la música que transforma. GRACIAS INFINITAS VICTOR!!!!! 
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Versión Orignial con música de todos los tiempos

Versión Música Infinita con música de Javier Aguilar

"La Gracia; un canto de llamada de regreso a casa" (cuento)



Nuestra Fuente de Amor desea reencontrarse con sus partes perdidas, ya que sin ellas no está completa. Por eso un día ella tuvo una brillante idea, ir en busca de esas partes. Fue tan brillante esta idea, que cuando esta fue conocida en el mundo de las partes la llamaron “Inteligencia”. Luego esta Fuente entró en acción y comenzó a darle forma a esta Inteligencia para que sus partes separadas cuando la vieran se conmovieran y la reconocieran. A la forma de esta Inteligencia, las partes le pusieron el nombre de “Belleza”. Y así esta Fuente de Inteligencia y Belleza, en un arrebato lleno de inspiración, comenzó a emitir un dulce canto llamando a sus partes, y a este canto en este mundo le pusieron el nombre de “música”. Cada vez que un corazón escucha el canto proveniente de este manantial de amor, sorpresivamente se llena de lágrimas y tiene el recuerdo de su amada Fuente…el verdadero hogar. La Fuente siguió cantando, y emitió un sonido muy especial con su voz, dándole a éste, el significado de la Fuente misma, para que cuando las partes lo escucharan, recordaran el significado de su verdadero hogar. En este mundo de las partes a este sonido se lo comenzó a llamar como “Filosofía” en algunas regiones, en otras lo llamaron “Religión” o “Teología”. Con el tiempo este sonido también tomo el nombre de “Literatura”. La Fuente comenzó a inflarse y a inflarse de amor por estas partes de sus propias entrañas, y en otro arrebato de pasión emitió un canto mágico que al ondearse por el mundo de sus amados desprendía colores y formas llenas de infinita belleza. En este mundo a estos colores y a estas formas, en un principio les pusieron el nombre de “pinturas” y “esculturas”. Luego estos fueron tiñendo todas las formas del mundo y se convirtieron también en la “arquitectura” de los hogares y en el “diseño” de todas las cosas. Pasaron eones de tiempo en el mundo de las partes, pero en el Reino de la Fuente parecía solo un suspiro. Todas las formas del canto que ella había emitido, también habían comenzado a desintegrarse en más partes y partecitas, perdiendo así el poder del recuerdo y la belleza. Los corazones de estas partes comenzaron a sentirse tan pero tan solos y aislados, que desde esta profunda soledad emitieron un canto de pedido de ayuda a la Fuente de Todo lo que Es. En ese instante fuera del tiempo, la Fuente se conmovió profundamente de esta voz desesperada, y aunque no entendía el temor que este canto tenía impregnado, hinchó sus pulmones, y emitió un potente himno de llamado hacia todo el Universo para que todas, todas las partes perdidas lo escucharan y regresaran al instante. Este dulce y potente canto lo tomó todo, y todo se impregnó del aliento de esta Fuente. En este mundo que un instante desapareció en el amor por la Fuente, a este canto lo llamaron “Gracia”.

Del libro "Música Infinita" de Javier Aguilar

La enfermedad: un encuentro con vos mismo

Desde la mirada de la ciencia  tradicional, previo al conocimiento de la física cuántica que pone de manifiesto en el mundo que el observador modifica lo observado, desde la medicina con las leyes de la ciencia mecanicista (previa a Einstein y al descubrimiento del principio de incertidumbre de Heisenberg), uno veía a los síntomas desde un leve resfrío, hasta cuadros graves como un infarto o cáncer como algo que aparece de la nada, desde afuera o desde adentro de uno mismo, donde uno es víctima de esa circunstancia.
Por lo tanto no nos quedaba otra que luchar contra algo ajeno a nosotros.
  
Si hay algo que descubrí en mi despertar es que no hay nada fuera de mí, ni de vos, ni de nadie.
El cambio de paradigma  consiste en cambiar el punto de vista desde donde se produce la sanación.
Un simple resfrío necesita aceptación del estado que genera, sin juicio, sin conclusiones, sin interpretaciones, sólo desde la simpleza de entrar en la sensación que te produce, abrazándola, aceptándola y respondiendo a su necesidad, que por cierto cambia según la circunstancia.
La vida sólo existe como una experiencia dentro de vos mismo AHORA!!!! Es momento de que no te la sigas perdiendo buscando soluciones externas llamadas  recetas mágicas, medicamentos, acciones compulsivas, visitar a muchos médicos esperando que alguien ahí afuera tenga la verdad sobre vos.
Por supuesto que muchas veces para poder llegar al punto de aceptación tenemos que pasar por distintas instancias como enojo, rabia, angustia o dolor. Desde ahí sucede el milagro, justito ahí donde te encontrás de verdad es donde se produce la transformación.
Generalmente hacemos tantas cosas para negar, para no ver ni sentir,  no porque seamos malos o buenos, simplemente porque tenemos miedo, sentimos que si entramos a ese “lugar” a ese punto de rabia o dolor, ahí nos vamos a quedar.

Hermosos de mi corazón!!!!
No vamos a que dar abandonados en el sufrimiento, el Universo es benévolo. En el punto de total aceptación se abre el cielo, el único que está ahí perpetuando la resistencia y el sufrimiento sos vos mismo, tratando de pensar, analizar, buscando compulsivamente soluciones “afuera” de tu propio ser.
Vos sos la solución, adentro tuyo hay un amor inmenso pujando por renacer, tu alma tiene la solución.
Tu enfermedad es un regalo que te hacés para encontrarte con vos mismo, tu enfermedad es tu aliada. Si bien nadie quiere enfermarse, lo que sucede refleja una desarmonía en tu alma. Ésta te brinda la oportunidad de que hagas las paces con vos mismo. Es una señal que se enciende para llevarte de nuevo a la vida.
La medicina actual se centra en luchar contra las enfermedades, queriendo eliminar los síntomas. La medicina de la conciencia despierta se centra en conectar con la vida, incluir todo en la vida en este instante permitiendo que tu alma se sane integrándose a la energía del Universo.
Muchas veces te lleva a descansar, a parar, a bajar un cambio,  y confiar en tu Ser que habla en tu corazón. Habitualmente con el bullicio de la mente racional ni lo escuchamos, ahí la desarmonía, ahí el síntoma como regalo de ese ser sabio que llevamos dentro.
Y no es necesario ser religioso para creer en nuestra conexión interna con la Verdad.
Basta con creer en  vos mismo, en esa voz real que palpita dentro tuyo.
Las recaídas son la manifestación de que nos olvidamos nuevamente de conectar con nuestra alma, QUE ES DIVINA, la paz de tu alma te devuelve la salud, cada tropezón es una nueva oportunidad de sanarte de despertarte, de integrarte.
La apertura de conciencia te muestra que sea lo que sea que te esté sucediendo, ocurre para que veas más allá del limitado horizonte en el que te encontrabas.

No se trata de enfrentarnos a los tratamientos tradicionales que hasta ahora se realizan.
Queridísimos, la era Dorada es hoy, ya no tenemos que elegir entre una medicina u otra, AHORA es el fin de todas las dualidades, todo lo que hay  que hacer es sumar, aceptar, abrazar, AMAR.
Estamos viviendo la Era de la confluencia entre ciencia y espiritualidad, partes necesarias e inseparables en esta maravillosa danza que es estar vivos.

Desde siempre me enamoré de la situación de enseñanza–aprendizaje que es la consulta médica, ese encuentro real, momento de conexión de corazón a corazón, donde los límites de lo previsible se diluyen ante la presencia de la unión, del amor en acción.
Agradezco profundamente a mis padres el aprendizaje implícito de que la pasión es el motor de la vida y  que la chispa vital está en darse por completo a lo que uno siente y cree.


                                                        Dra. Diana Schifrin

Aquí y Ahora



   

El despertar es entrar plenamente en el ahora.

No hay ningún estado que esperar. 

No hay ninguna experiencia en el futuro.

El regalo más grande del universo está aquí y ahora envuelto en una forma que es perfecta para este momento. Si estás en la actitud de esperar que algo suceda en el tiempo te vas a perder el único regalo que tenés ahora. 

Sólo animate a ir más allá de lo que parece sucederte. 

Si es alegría, si es tristeza, si es enojo, si es apatía…no importa, ellas son simplemente formas pasajeras, vivirlas sin resistencia es el puente a tu despertar ahora. No hay futuro…no hay pasado, en este instante sos todo lo que existe. 

Si no podés entregarte a vivir este instante plenamente la Gracia está a tu alcance para que te muestre y disuelva el obstáculo. 

No está en tus manos poder disolver tus resistencias para vivir tu aquí y ahora.  

Si está en tus manos el quererlo!!!!
Si está en tus manos animarte a ver el obstáculo.  

Toda experiencia vivida plenamente es tu despertar. 

En cada instante de conciencia despertás y florecés. 

No hay limites en tu auto descubrimiento. 

Cada instante es una oportunidad para identificarte más y más con el océano y dejar que la ola se disuelva en él. 

Acaso una ola se preocupa por su destino o simplemente se entrega al movimiento natural del océano que la cuida y contiene.

                                                                         Javier y Diana
         

Lo que nos transforma es la gratitud


PROTEGEDME:
de la sabiduría que no llora,
de la filosofía que no ríe y de la
grandeza que no se inclina ante los niños.
Khalil Gibran

   Con frecuencia insisto en que la evolución y el verdadero aprendizaje se produce en la experiencia, y no, como habitualmente se cree, en la acumulación de conocimiento.

   Si alguien te regala algo, tu lo agradeces diciendo ‘muchas gracias’; sin embargo, lo que nos transforma no es el regalo sino la gratitud que sentimos.

¿Comprendes la diferencia? No es la forma, sino todo el contenido interno.

   A veces dices ‘te amo’, más lo que le imprime dinámica a tu evolución es el corazón vibrando de amor; aquello que consideramos ‘el otro’, en realidad es un disparador de algo que siempre está sucediendo en mí.

   Esta es una de las formas más eficaces en que puedo expresar de manera práctica una faceta del sentir humano cuando en nosotros comienza a despertar el Estado de Unidad con el Todo.

   No pretendas cambiar lo que sientes; es inútil. Más bien procura utilizar esta herramienta para chequear donde estás a cada momento.
En Unidad.


Pablo de la Iglesia

LA GRACIA

      Hay una idea y una energía que me impulsa en este apasionado despertar de conciencia, y es la idea de la gracia. Esto no es un concepto religioso ni metafísico. Aquí lo expongo como una experiencia poderosa y totalmente vivificante. El mundo que vivimos cotidianamente y la civilización actual entera están construidos en la idea y el paradigma del esfuerzo. Desde que nacemos y en todos nuestros pasos por colegios, universidades, familias, trabajos, etc., es el esfuerzo personal el motor. Este es un programa mental madre casi imperceptible que nos dice que debemos esforzarnos porque lo que vale la pena cuesta, que nos dice que la vida es difícil, e infinidad de ideas parecidas. Tanto nos adiestramos a aprender esto que toda nuestra realidad cotidiana se convirtió en un reflejo del esfuerzo. Ir en auto todas las mañanas atravesando mares de tráfico para llegar al trabajo, viajar colgado de una baranda en un autobús repleto, escuchar horas y horas de enseñanzas que no resuenan en nuestra energía vital, vivir con conflictos y continuas preocupaciones y cantidad de situaciones desgastantes de todos los días no pueden ser algo natural ni una manera de vivir lúcida. Siempre me pareció que algo no estaba bien en el proyecto de vida que el mundo me ofrecía. Es increíble lo engañosa que es nuestra percepción, porque cuando comencé a querer salir de esta maraña de costumbres me resultó muy esforzado también. Tuve momentos de experimentar mucha liberación en cursos y talleres que realicé, pero momentos logrados a base de algún tipo de esfuerzo. Estos me dieron chispazos de luz pero no me condujeron a liberación duradera. Salir del paradigma del esfuerzo con esfuerzo no es ninguna solución. Sin darme cuenta mi cárcel de ideas estaba colapsando. Algo muy poderoso comenzó a suceder conmigo al experimentar una nueva energía para mí. Algo se comenzó a abrir realmente cuando comencé a conectarme y a recibir la gracia. Ella me regaló la liberadora experiencia de que todo lo bueno y verdadero no toma esfuerzo, sino que es fácil porque todo lo bueno y verdadero es lo único real que la vida nos puede dar. Por eso es fácil, porque es parte de la vida que soy. De la vida que brota potente en la naturaleza, en las relaciones amorosas, en el arte auténtico y en toda la creación. La estrellas son hermosas, extanciantes y están ahí porque son fruto de la gracia. No requiere esfuerzo contemplarlas ni enamorarse de ellas y seguirán estando allí más allá del esfuerzo humano. Un rascacielos puede ser una obra admirable, pero para construirlo requiere un esfuerzo y un sufrimiento humano incalculables y además puede caerse por varios imprevistos fuera de nuestro alcance, y eso ya lo hemos visto. 


      El esfuerzo es lo contrapuesto a vivir desde la fuerza interior. El esfuerzo es la fuerza mal entendida. Es una fuerza artificial, limitada y agotante. En ella uso la energía de mi identidad limitada y separada de los demás. En cambio la agraciada fuerza interna es el poder del Universo. Es la vitalidad infinita del alma. Esta energía esta conectada a todo y a todos, por eso solo nos puede traer bendiciones. Ella está a tu disposición a cada instante en que soltas tus propias soluciones y pedis ayuda a algo más grande que vos mismo. La propia energía de la gracia me fue llevando a este descubrimiento. Había comenzado a experimentar que yo no podía resolver mis propios conflictos. En esos momentos las causas de los problemas por los que siempre sufrí, como la soledad, la sensación de abandono, la sensación de carencia, comenzaron a mostrárseme delante de mis narices. Comencé a ver los problemas desde un lugar más elevado y así empezaron a soltarse realmente. La gracia eleva el estado vibratorio interno y nos hace ver nuestra realidad como parte de este estado. Así la sensación de sentirnos víctimas de algo exterior a nosotros comienza a desaparecer. Puedo pasar toda una vida en terapias y haciendo cursos que no desmerezco, pero si no logro experimentar la fuente real de mis problemas, lo único que lograré es cambiar de caras y de formas, pero mis problemas seguirán siendo los mismos. La gracia es la energía amorosa natural de la vida. Si la pedimos para nosotros, no estamos más que pidiendo nuestro derecho natural. Alguna vez fuimos agraciados y hermosos, pero nos entrenamos a buscar un éxito esforzado e ilusorio. Esta energía me devolvió la experiencia de que lo que vale la pena es fácil, porque lo único que vale la pena es vivir una vida llena de dicha y abundancia real.
Hoy en día esta gracia está comenzando a ser una ola imparable que barre con todo el sacrificado esfuerzo humano que nos lleva al sufrimiento. Si ves esta hola desde abajo, pensarás que está destruyendo todo y que lo que estamos viviendo es una catástrofe. Si te dejas arrastrar y comienzas a surfear en ella, verás que un mundo nuevo se está creando sobre la experiencia de que lo que realmente vale la pena es fácil y dura por siempre.
                                                                            Javier Aguilar

LIBERTAD...


Si una sola palabra tuviera que definir la espiritualidad práctica, seguramente sería LIBERTAD.

El despertar es posible cuando nuestra libertad interior nos permite ser tomados en los brazos de la Gracia para que esta nos muestre un Universo de infinitas posibilidades.

La libertad es darnos cuenta que nuestras creencias, condicionamientos, valores, religiones e ideologías, tan sólo son instrumentos funcionales para vivir en el mundo; esto nos permite ver que no tenemos porque identificarnos con ellos, igual que un auto, un abrigo o un martillo, los tomamos cuando nos hacen falta y podemos dejarlos cuando no nos son útiles.

Comenzamos el camino hacia la libertad cuando nos damos cuenta que la mente es el carcelero y en el corazón suena la voz de Dios que quiere liberarnos de todas nuestras ataduras.

Ver que somos esclavos de nosotros mismos… darnos cuenta que estamos cómodos en nuestra celda y que es la misma comodidad con la que creemos que nos gratificamos la que pone límite a nuestra evolución.

Nuestras expectativas son nuestras cadenas… Pueden ser un instrumento valioso para el crecimiento personal, pero igual que el conejo que persigue la zanahoria, pueden agotarnos en una carrera interminable si dejamos que se apropien de nuestra existencia.

Si puedes ver los matices de tu cultura, los condicionamientos de tu familia, los dogmas de tu religión, las limitaciones de tu ideología, y desde tu libertad volver a elegirlos, tu corazón seguirá vibrando expansivamente.

Cuando eres libre, realmente no necesitas elegir en desmedro de otra persona, otra idea u otro camino; simplemente transitas la vida en completa espontaneidad, abrazando tus contradicciones y deslumbrándote a cada paso de un mundo que se presenta nuevo.

Un niño es libre… ¡y tú y yo podemos volver a serlo!

La libertad no es un concepto, cuando la defines acabas con la libertad; la libertad es una experiencia que se manifiesta solo para ti. La libertad no puede ser comprendida ni explicada, tan solo puede ser saboreada.


Para liberarte usando tu capacidad de discernir:

Puedes ver desde donde das cada uno de tus pasos: ¿los das tú? ¿o los da una de tus creencias, una creencia de tus padres, una imposición de “tu” cultura?

Para liberarte usando el poder del corazón:

Puedes pedirle a Dios que te libere con intervención de la Gracia…

Observa cual funciona mejor para ti…

Pablo de la Iglesia